Todos nacemos a través del dolor, crecemos a la intemperie ambiente, en la alegría desigual y pertenecemos a un territorio aleatorio.
Comenzamos la lucha con las herramientas que nos son entregadas, continuamos con aquellas otras que, por nosotros mismos, podamos conseguir y seguimos batallando sin descanso encarnando al pasado, entregados a la supervivencia presente y soñando el futuro hasta completar nuestro ciclo vital.
Durante nuestra estancia en la vida todos vamos recibiendo Mensajes.
Estos pueden ser:
Así entre los mensajes externos encontramos (el murmullo de los días) que nos muestra el deambular del tiempo entre días irrepetibles, desde el amanecer hasta la madrugada, reparando en los acontecimientos de la vida diaria, (el cantar de las estaciones) nos trae y lleva por la climatología cambiante de las estaciones, evocando en su rodar el influjo que tienen estas sobre nosotros, los seres humanos; a la misma vez que nos imprimen los efectos dinámicos de los (elementos) aire vital abrazo, agitador de caricias diferentes, invisible anfitrión de las miradas… agua cántico elemental, renovador de pieles y de almas, que junto a la maternal tierra cambiante y misteriosa nos proporcionan los recursos y nutrientes necesarios, para continuar creciendo y ramificándonos hasta alcanzar la armonía y fuego ardiente provocador, que apasionado invita a compartir sentimientos, emociones y pensamientos… todo lo que somos para, una vez entregados, irnos consumiendo en su poder purificante y regenerador.
En (otros poemas) vegetal, continúa colonizando espacios vírgenes y abandonados, porque con su diseminar inagotable, solo pretende seguir siendo el hogar más puro, equilibrado y natural de la humanidad.
Mientras, entre otros mensajes internos nos encontramos con la (herencia) a través de la cual compartimos la sangre de una misma estirpe, clonando algunas peculiaridades, virtudes y limitaciones de un ancestral abanico de posibilidades; que iremos desarrollando en el seno familiar y en el ambiente intrínseco y socio-cultural del territorio donde hayamos nacido, y que a medida que crecemos, iremos aprendiendo a cultivar y modelar las emociones innatas con los cuidados y el amor, que nos lleguen a través de la observación de las personas de nuestro entorno y experiencias directas.
Todos ellos son mensajes Esenciales para la vivencia y su vibración (final) en la que convertidos en esperanza, ya solo deseemos poder alcanzar la luz.