Solo el silencio sabe traer en sus ondas peregrinas el eco de las herencias amparadas por el tiempo.
Ecos de palabras contenidas e íntimos pensamientos, que entre mujeres y hombres de alma noble y bondadosa, traslúcidas y fugaces residieron.
Herencias de sabidurías disiparon inalterables miedos a la supervivencia y del don de la infancia soledades.
Silencios blancos asombrados hablan de sentimientos, de vivencias de otros semejantes, de todo aquello que entregaron, de sus truncadas vidas, mensajes que vibrando navegan mi sangre.